Uno de los proyectos presentados al concurso del Pabellón de Cataluña de la Expo'92 fue el presentado por las arquitectas Silvia
Farriol y Anna Soler.
Fuente: solerfarriol
Fuente: solerfarriol
Sin embargo, el
proyecto ganador rompía con el resto de propuestas.
Los arquitectos Pere Llimona y Xavier Ruiz presentaron un edificio que huía de ortogonalidades y paralelismos, resultando un proyecto en el que las paredes no
eran paralelas.
Los arquitectos Pere Llimona y Xavier Ruiz presentaron un edificio que huía de ortogonalidades y paralelismos,
El espacio del pabellón quedaba cerrado por tres cuerpos en
forma de "V", unidos por un espacio central, alrededor del cual se
desarrollaba un sistema de rampas que constituía el eje fundamental de
circulación.
Entre cuerpo y cuerpo quedaban unas rendijas verticales, a
manera de puertas entreabiertas, que invitaban a descubrir el misterio
interior.
El pabellón era un contenedor, una arquitectura neutra que
evitaba competencia al contenido.
Fuente: Pere Llimona
Fuente: Pere Llimona
Fuente: Bea Goller
Fuente: OCW de la
Universidad de Sevilla
Fuente: FCC Construcción
Fuente: No digas que fue un sueño
El edificio, que contaba con tres plantas y un
sótano, sólo tenía un pilar en toda su
estructura, aprovechando así mejor la luz proporcionada por los aparentes muros de hormigón, realizados en realidad con perfiles metálicos de hierro, algo no
frecuente pero útil para eliminar pilares.
Este edificio, un poco torcido, respondía a una de las interpretaciones el topónimo Cataluña, como tierra de castillos.
El restaurante y el bar se situaban en la última planta,
para permitir la vista del Lago de España.
Este edificio, un poco torcido, respondía a una de las interpretaciones el topónimo Cataluña, como tierra de castillos.
Fuente: Icarus UK
Delante del
pabellón ondeaba una enorme senyera.
Fuente: Niels Kolditz
Fuente: Cercha (García
Cordero)
Hacia el final de la obra del pabellón los arquitectos se
dieron cuenta de que no se había previsto ningún rótulo. Les pareció que en ese
edificio sólo cabía una pintada callejera, por lo que se recurrió a Antoni Tàpies,
que aceptó encantado.
Fuente: Joey Robledo
Fuente: Pabellón de la
Navegación
Fuente: agostinho sousa
Fuente: Carlosherbane
Fuente: Canaan
Este mural quedó
listo justo el día antes de la inauguración de la Expo’92, por lo que se temió
que quedara fresco para entonces o que tuviera problemas en días de lluvia,
algo que por suerte nunca ocurrió.
Dado el estilo de este innovador rótulo algunos visitantes pensaron que se trataba de algún acto vandálico realizado sobre la limpia fachada.
Este pabellón
efímero fue utilizado tras la exposición en Cartuja.
El Parque de los Descubrimientos, permaneciendo allí hasta su derribo en 1998.
Con este derribo, desgraciadamente, el mural de Tàpies se perdió al
haber sido realizado sobre la fachada, como ampliación del boceto original.En el interior, una exposición permanente compartía el pabellón con exposiciones temporales, donde cada semana se podía contemplar el trabajo de un artista catalán diferente.
De igual modo,
en el restaurante cada semana podía probarse una demostración gastronómica
catalana distinta.
Los contenidos
del pabellón promocionaban el turismo de Cataluña, habiendo también una
dedicación especial a sus Juegos Olímpicos.
Fuente: Diario 16 (Paco
Cazalla)
También contó con la exposición de Bea Goller sobre el
pabellón, inaugurada anteriormente en el COAC de Barcelona.
En esta exposición se recreaba el pabellón catalán y
mostraba, entre otras, imágenes de su construcción.
Fuente: Bea Goller
Lejos de
los conflictos institucionales actuales, en el pabellón se inauguró una muestra
que mostraba a Barcelona como capital mundial de la edición en castellano.
El
pabellón contó durante
tres días con un elemento expositivo que no estaba programado inicialmente.
Fuente:
Jaime Raynaud
Fuente:
Jaime Raynaud
El 20 de mayo el
F. C. Barcelona ganó la Copa de Europa. Al término de este encuentro, que fue visto en el recinto
por centenares de aficionados, surgió de forma espontánea la idea de que el
trofeo fuera expuesto en el pabellón.
Lejos de caer en
saco roto, esta idea prosperó.
El presidente del club, José Luis Núñez, lo anunció
afirmando que era un deber de gratitud con la afición sevillana, que se había
volcado con el equipo seis años antes, cuando el equipo no pudo ganar la final
celebrada en Sevilla.
Así, el 19 de
junio la Copa de Europa llegó a Sevilla, siendo presentada en el Ayuntamiento y
posteriormente trasladada al pabellón.
Los portadores de la copa fueron los jugadores sevillanos
Nando y Serna, en un guiño
especial a la ciudad.
Fuente: ABC
A la entrada del pabellón, Curro dio la bienvenida a la
comitiva azulgrana.
Fuente: ABC
Fuente: ABC
Durante aquellos
tres días muchos aficionados y curiosos desfilaron ante la Copa de Europa para
fotografiarse con el trofeo.
Fuente: PacoMelli
Además de sus contenidos, el pabellón organizó diversos actos para celebrar el Día de Honor de Cataluña, que se celebró el 22 de abril.
Fuente:
Jaime Raynaud
Tras los actos protocolarios y las actuaciones musicales regionales llegó el gran reclamo de los visitantes, la participación de Els Castellers de Vilafranca, que actuaron a las puertas del pabellón y a las puertas de El Palenque.
Fuente: La Vanguardia
Fuente: Europhoto EFE
(Emilio Morenatti)
Fuente: ABC (Ángel Doblado)
Fuente: El Correo de
Andalucía (Francisco Sánchez)
Por la tarde, en
los Jardines del Guadalquivir tuvo lugar un encuentro regional donde hasta el
presidente autonómico participó bailando las típicas sardanas.
Fuente: ABC (Díaz Japón)
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