Otro de esos pabellones comerciales apenas conocidos que tuvieron presencia en la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla fue el Pabellón Codorniú.
Sin embargo, a pesar de ser poco conocido, dejó una curiosa herencia a los sevillanos, que sigue siendo utilizada sin conocer algunos el origen.
En la confluencia del paseo de la Palmera y la calle Páez de Rivera se encontraba este pabellón, que destacaba en la zona por un enorme reclamo turístico.
Se trataba de una enorme botella situada sobre el edificio.
Tanto destacó que la zona pasó a llamarse La Botella, nombre usado hasta la actualidad.
Sin embargo, a pesar de ser poco conocido, dejó una curiosa herencia a los sevillanos, que sigue siendo utilizada sin conocer algunos el origen.
En la confluencia del paseo de la Palmera y la calle Páez de Rivera se encontraba este pabellón, que destacaba en la zona por un enorme reclamo turístico.
Se trataba de una enorme botella situada sobre el edificio.
Tanto destacó que la zona pasó a llamarse La Botella, nombre usado hasta la actualidad.
Así, el cruce pasó a conocerse como Puerta de La Botella.
Hacia 1945 se estableció allí un quiosco de bebidas, propiedad de Manuel Oliva Herrera, que heredó el topónimo popular de la zona.
Hacia 1945 se estableció allí un quiosco de bebidas, propiedad de Manuel Oliva Herrera, que heredó el topónimo popular de la zona.
Fuente: ABC
En 1968 aquel rudimentario quiosco cambió de aspecto y se transformó en un bar, que sigue vivo hoy en día.
Allí sigue, sin que muchos lo sepan, siendo heredero de un legado ya perdido.
Allí sigue, sin que muchos lo sepan, siendo heredero de un legado ya perdido.
Fuente:
Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Había escuchado la historia de "La Botella", pero hasta hoy no había visto alguna foto del edificio. Gracias.
ResponderEliminarSaludos.
gran trabajo.
ResponderEliminarpenoso el trato que le dimos al legado del 29, tipical sevillanis.
un saludo
@Flamenco Rojo: A mí siempre me ha encantado, además, si te fijas, compara el tamaño de la botella con el hombre allí subido!! Es lógico que tuviese fama.
ResponderEliminar@el pasado de sevilla: muchas gracias :) y lo peor es que seguimos dándole trato malo a ciertas partes del legado!
Un abrazo.
A principios de los 80, había un camarero , Manuel (Manue' para los amigos ) trabajando , entonces iba casi todos los días y lo primero que pedía de tapa era un salpicón de marisco , parecido a un coctel de marisco con salsa rosa , increíblemente bueno
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