Para poder enterrar con celeridad tal cantidad de cadáveres se abrieron carneros o fosas comunes en distintos puntos de la ciudad.
Uno de estos carneros se encontraba en la plaza de la Alfalfa, y para señalar aquel lugar fue colocada allí una cruz en el siglo XVII.
En el siglo XVIII fue colocada en su emplazamiento actual, junto a la iglesia de san Isidoro.
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
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