lunes, 19 de diciembre de 2011

Operación Clavel (I): El día más triste de la ciudad

El 25 de noviembre de 1961 se desbordó el Tamarguillo, produciendo una de las más importantes riadas de Sevilla.

Fuente: Melisa

Tal fue la magnitud que inmediatamente surgió una campaña nacional para ayudar a los afectados.
El responsable fue el locutor radiofónico Bobby Deglané, desde Radio España, donde comenzó a recoger fondos mediante donaciones.
Grandes personajes del mundo del espectáculo, así como de la alta sociedad, también colaboraron con la iniciativa.
Surgió así la Operación Clavel.

La gran cantidad de donativos (dinero y productos) recaudados fueron trasladados a Sevilla en una gran caravana compuesta por más de un centenar de vehículos, que ocupaban unos 14 kilómetros en la carretera.
Partió de Madrid e hizo parada en Córdoba, donde grandes actores participaron en una función benéfica para el mismo fin.

Fuente: Melisa

Fuente: Melisa

Fuente: Melisa

La caravana era esperada y saludada por vecinos de cuantos lugares pasaba, creando una expectación increíble.

Fuente: Sevigena

Llegaba a Sevilla el 19 de diciembre de 1961, exactamente hace 50 años.
Entraba por la antigua autopista de San Pablo, actual avenida de Kansas City.
Allí, una gran multitud esperaba el paso de tan gentil acto. Solo se respiraba alegría. Numerosos vecinos de las zonas devastadas por la inundación veían cómo un milagro se hacía realidad.

Aquellas personas que se habían quedado sin nada, veían y casi tocaban todo aquello que con tanta generosidad habían donado personas de todo el país.

Fuente: Sevigena

La enorme caravana de ilusión y optimismo se acercaba, y una avioneta realizaba un reportaje fotográfico del recibimiento.

Fuente: Melisa

Fuente: Melisa

Pero en cuestión de segundos, el sueño se tornó en pesadilla.
La avioneta se enganchó en unos cables del tendido eléctrico, precipitándose sobre los asistentes, muchos de ellos damnificados de la inundación.
De sus tres tripulantes, solo sobrevivió el fotógrafo.

Fuente: ABC

Fuente: ABC

Aquel macabro suceso dejó más de veinte muertos, entre los que se encontraban varios menores, y más de un centenar de heridos.
Sevilla, la ciudad que sonreía ilusionada por la bondad del ser humano, volvió a inundarse esta vez con desgarradoras lágrimas.

Muchos de los asistentes coinciden en que aquello les marcó profundamente, es algo que nunca podrán olvidar.

Tras este horrible accidente, todos los actos festivos fueron cancelados, aunque al menos el espíritu de la Operación Clavel siguió adelante, y los víveres fueron repartidos.

Años más tarde, en 1984, se abrió una nueva calle en las proximidades de Radio Sevilla, la calle Bobby Deglané.
Sevilla rendía así homenaje al locutor fallecido el año anterior.

Fuente: Idioma y deporte

A pesar del dolor que provocó el accidente, y aunque la tristeza esté siempre presente al recordar aquellos días, Sevilla siempre estará agradecida a todos quienes hicieron lo posible por ayudar a quien más lo necesitaba.

Hoy comienza una exposición por la efeméride de este acontecimiento.
Aún así, dadas la importancia y la magnitud de los hechos, podría haberse realizado un homenaje perpetuo a las víctimas en el lugar donde ocurrió.

Desde aquí, doy las gracias a Melisa por las fotos tomadas el día del suceso.

Lectura siguiente recomendada: IIIII | IV | V | VI | VII | VIII

8 comentarios:

  1. Conocía vagamente lo del desbordamiento del Tamarguillo, pero jamás había oído hablar del accidente de la avioneta (o por lo menos, no lo recordaba). Me parece el colmo de los infortunios... Lo del recibimiento de la caravana me hizo recordar, salvando las enormes distancias, una famosa película de Berlanga: "¡Bienvenido, Mister Marshall!". Muy buena entrada, sí señor. Mis felicitaciones.

    Un abrazo, feliz semana y feliz Navidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Perdone, fui testigo en primera línea de ambos sucesos y aquello no tuvo nada que ver con la parodia de Mister Marshall. Aquello fue una tragedia detrás de otra en toda en un mundo absolutamente gris por aquellos días.

      Eliminar
  2. Hace unos diez días publiqué una entrada en mi blog sobre la "Operación Clavel", te invito a que la veas pues creo que es suplementaria a ésta que tú maravillosamente haces gráfica.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. @Kinezoe: Yo siempre conocí la historia porque mi padre me la contaba, y eso que ni estuvo presente ni nada.

    Es por lo que me da tanta pena una historia así. Un accidente así es triste, pero pensar primero en lo que sufrieron al perderlo todo, y que cuando recobras la ilusión ocurra eso... Si es triste por las víctimas, me apena mucho más por quienes tuvieron que sufrir todas aquellas pérdidas.

    Felices Fiestas para ti también!!!

    @No cogé ventaja, ¡miarma!: Ando con poco tiempo (para variar) y la tenía junto con otras en marcadores para darle tranquila lectura.

    Acabo de leerla ahora (la había empezado) y resulta magnífica. Gracias a Dios no sufristeis, aunque el susto que se llevó tu padre... y más en un tiempo donde nada de internet, ni móvil, ni ná de ná.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Mi madre estaba en ese momento en el lugar del accidente y tenía 10 años, se salvó por varios metros.. Ayer me lo contaba e internet me brinda la oportunidad de leer sobre ello. Gracias y saludos.

    ResponderEliminar
  5. Yo estaba allí. Siempre por estas fechas me acuerdo, desde mi terraza en la calle Niña, la última calle del humilde barrio del Fontanal (Sevilla) ví como llegaba por las huertas la tremenda riada de un metro y pico de altura de agua y barro que se acercaba hasta nuestras casas a una velocidad enorme. Rodeó la iglesia de San José por aquel entonces en medio casi del campo y continuó hasta halagar completamente el barrio a más de un metro de altura, lo que sucedió los días sucesivos fue algo tremendo, no había agua, ni alimentos, entonces por supuesto no había refrigeradores, el poco pan que había la repartían en barcazas y (para que veamos lo que es la vida) LOS AMERICANOS de la base de Morón nos socorrían dejando caer en las terraza latas de conservas, botellas de vino y coñac, chocolates y poco más, pero eso... eso ya era un tesoro.

    ResponderEliminar
  6. Los americanos se portaron muy muy bien y nos llevaron a la base aérea pues nos dieron comda manta y cariño yo era pequeña y luego no se quien dijo que nos llevaría aún colegio que estaríamos mucho mejor pero no fue asin nos engañaron no teníamos ni manta había una mujer mayor sentada o tumbada en el suelo y tenía frío y no querían darle un manta mi padre y mi tío empezaron a protestar y dijeron que por favor le dieran una manta a esa mujer y a los niños que nos habían engañado y que estábamos muy bien en la base americana luego nos fuimos cuando podíamos a mi casa y se vehículo asta donde había llegado el agua mis padres lo perdieron todos y me dijo mis padres yo estaba dormida que habían ido a mi casa los americanos a vernos y nos llevaron cosas a mí y a otro niña decía unos de los americanos que éramos sus novia y nos llevaba al despacho y uno de ellos le decía que yo y la otra chica no podíamos entrar y este chico americano decía que éramos sus novias y nos cogió de la mano y entrábamos en los despacho yo me acuerdo era pequeña y nos daban ropa o sea que se preocuparon de nosotros y se portaron muy bien no estoy segura si luego alguien vino a llevarnos al colegio San Jacinto y allí estábamos todo el mundo en el suelo y sin manta en el colegio se portaron muy mal pero yo no volví a ver al chico americano y hoy le quiero dar las gracias sesos chicos americanos que nos dieron de todo y nos llevaron a su base americana y no nos falto de nada muchas gracias yo tengo unas cuantas fotos de la riada de Sevilla y la gente en barca

    ResponderEliminar
  7. Estuve allí, en primera persona,a unos 100 metros de donde calló la avioneta. Después de semanas con el agua al cuello en la calle niña del fontana, aquella mañana soleada con globos de colores por todas partes de repente se convirtió en un día triste y gris en el que mientras corríamos de vuelta a casa yo preguntaba a mi padre, ¿qué ha pasado papá, que ha pasado? Tenía 4 años, nunca lo olvidaré, como tampoco olvidaré cómo desde la terraza de la calle niña n 8 vimos venir la riada y vimos como un muro de barro y agua rodeó a la iglesia de San José edificio aislado en medio de la huerta por aquel entonces y alagó totalmente el humilde barrio del Fontanal.

    ResponderEliminar