Hoy visitaremos juntos uno de los lugares con más encanto del Real Alcázar.
Cierto es que no es un lugar muy transitado en esta época dadas las altas temperaturas en la ciudad, pero sin duda es un rincón en el que merece la pena perderse.
Niños y mayores, y por supuesto tantas y tantas parejas enamoradas, no se han resistido a recorrerlo entre juegos y carreras.
Este jardín-laberinto fue trazado en 1913 con setos de mirto, tuya y ciprés, sustituyendo al Laberinto viejo, que se encontraba en lo que actualmente es el Jardín de la Cruz.
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
El antiguo laberinto tenía cuerpos de figuras recortados sobre el mirto, y las cabezas y las manos añadidas eran de madera o barro cocido.
Las figuras de este laberinto representaban grifos y otros animales fantásticos, para provocar una sensación de miedo y desasosiego en los visitantes.
Sin embargo, unas reformas desafortunadas lo destruyeron en 1910.
Como vestigio del antiguo laberinto, encontramos un mapa representativo en el pavimento del Cenador de la Alcoba, junto al actual laberinto.
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)