Este es uno de los gritos más esperados durante todo el año. Desgraciadamente, la lluvia no nos está dejando disfrutarlo como quisiéramos esta semana.
Esta frase nació en la Madrugá de 1952, bajo el palio de María Santísima de las Angustias Coronada.
El palio estaba parado en Almirante Apodaca, bajo los cables del tranvía que por entonces circulaba por dicha calle.
Es el momento de la llamada a los costaleros. El capataz mira los cables y anima a su gente:
Esta frase nació en la Madrugá de 1952, bajo el palio de María Santísima de las Angustias Coronada.
El palio estaba parado en Almirante Apodaca, bajo los cables del tranvía que por entonces circulaba por dicha calle.
Es el momento de la llamada a los costaleros. El capataz mira los cables y anima a su gente:
¡A los cables con Ella!
A uno de los costaleros, Ricardo Gordillo Díaz, Balilla, eso le parece poco y responde:
¡No, a los cables, no! ¡Al cielo con Ella!
Más tarde, esta frase fue usada para alentar a los costaleros del palio de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, convirtiéndose en un elemento necesario de la Semana Santa actual.
Esta historia quedó inmortalizada en 1996 con una cerámica en ese mismo lugar a iniciativa de la cuadrilla de hermanos costaleros del palio de Los Gitanos.
Fuente:
Sergio David Cansado (Esa Sevilla)