Al igual que la Exposición Iberoamericana de 1929 metió a Sevilla en el siglo XX, la Exposición Universal de 1992 convirtió a Sevilla en una ciudad del siglo XXI.
En estos años, con muchos aciertos y numerosos errores, hemos conseguido aprovechar las infraestructuras creadas, reutilizar edificios y llenar de vida el recinto de la exposición.
No obstante, seguimos enquistados en situaciones como el desolador estado que muestra el que fuera Canal de los Descubrimientos, al que no se le consigue dar una salida digna.
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El proyecto del Paseo Fluvial de Puerta Triana, con el que Guillermo Vázquez Consuegra reurbanizará la zona ubicada a escasos metros del complejo de la Torre Pelli (oficialmente Torre Sevilla), cercana al Pabellón de la Navegación, no contemplaba el aprovechamiento de ciertos elementos allí existentes.
Por un lado, encontramos dos de las numerosas veletas luminosas que formaron parte del mobiliario propio de la exposición. Para estas existían varios posibles finales, desde su puesta en funcionamiento hasta su reubicación en otro punto del recinto, pasando por su simple conservación como elementos integrados en el paisaje.
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Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
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Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
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Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Fuente: Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
No se trataba de salvar a toda costa elementos porque formen parte del recuerdo de la Expo, no se trataba de salvar todo aquello que huela a pasado.
Es que tenemos una obligación para con nuestro patrimonio, sabiendo que el patrimonio no necesita de siglos de antigüedad para ser cuidado.
Con el respaldo de más de un millar de firmas, se intentó que no se eliminara un elemento patrimonial que no necesitaba ser derribado.
Y ocurrió en Sevilla una de esas cosas a las que estamos poco acostumbrados, que se escuchara a sus ciudadanos.
Por ello esta triste noticia puede resultar menos amarga.
Finalmente, los restos de Puerta Triana serán derribados... y la Puerta Guadalquivir también.
Será así para dejar paso a un gran proyecto para la ciudad, que dotará de una gran zona verde a una zona hasta ahora abandonada junto al río.
En palabras del propio arquitecto "Los sevillanos seguirán pisando esta puerta, aunque de una manera diferente", ya que en el proyecto tendrá cabida la reutilización de todos estos restos para los elemenots que formen las nuevas escalinatas del terreno.
También Consuegra ha propuesto alguna referencia a este hecho, así como al lugar, como un monolito que lo recuerde con una leyenda y alguna imagen.
Otra de las propuestas escuchadas será llevada a cabo, la conservación y restauración de las veletas, que permanecerán en su lugar original.
Por último, y quizás la reivindicación más notoria, tras la petición de Legado Expo Sevilla, la escultura Media esfera azul y verde, obra de Jesús Soto, volverá a la ciudad años después de su marcha por las obras del entorno.
Esta pieza de gran valor volverá para engrandecer el patrimonio de la zona, aunque habrá que esperar al resultado, ya que como tememos, es probable que no recupere su espectacularidad original cuando conformaba una enorme fuente-escultura iluminada.
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No todo es perfecto, pero la lucha ciudadana, hoy más que nunca, es útil.