La calle Celinda, que en realidad es una antigua barreduela de la ciudad, es uno de esos pequeños y olvidados espacios de la ciudad.
No es un lugar venido a menos, sino un lugar que no puede ir a más.
Estrecha y escasamente habitada, es raro verla recorrida salvo por algún vecino.
Fuente:
Sergio David Cansado (Esa Sevilla)
Se llamó calle del Mendrugo hasta 1845.
Más tarde quedó integrada en la calle Boteros, hasta que en 1868 se acordó denominarla Virtudes.
Finalmente, esta denominación no se llevó a efecto y en 1869 recibió su nombre actual.
Probablemente, su elección se debió al ser habitual en la reforma del callejero de dicha fecha darle a las barreduelas nombres arbitrarios y comunes.
muy bonito esto de las barreduelas Celindas.
ResponderEliminarenhorabuena por el blog
saludos blogueros
Aunque llega tarde este comentario, muchas gracias por tus palabras José Antonio. Un saludo
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