José Lamarque de Novoa nació en Sevilla
en 1828 y se convirtió en un prolífico poeta perteneciente al cenáculo que
animó la vida literaria sevillana de la época de la Restauración.
Antes de fallecer en Dos Hermanas, tierra a la que estuvo profundamente arraigado, compatibilizó sus dotes literarias con otras facetas, siendo banquero y diplomático, convirtiéndose en cónsul del imperio austrohúngaro y vicecónsul de El Salvador.
Fue Diputado por Sevilla y obtuvo, entre otros reconocimientos, la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica.
También tuvo un importante papel en varias tradiciones, dando su configuración actual a la Romería de Valme y convirténdose en Hermano Mayor de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo.
En
1969, 65 años tras su muerte, obtuvo otro gran homenaje al rotularse una calle
sevillana en su honor.
Fuente: Sergio David Cansado (Esa
Sevilla)
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